Eugenio Elorz Amatriain es el protagonista tras la imagen ganadora del III Concurso de San Isidro. Un agricultor incansable con una increíble historia.

Imagen ganadora del III Concurso
Hace tan solo unos días cerramos el III Concurso de San Isidro. Este año el tema era «La Agricultura, mi pasión» y, como bien sabréis, contaba con una nueva categoría, la de fotografía. Recibimos más de 200 instantáneas en tan solo 20 días. Fotografías de increíbles atardeceres, maquinaria en acción e incluso fotografías más personales. Fuisteis vosotros, nuestros seguidores, quienes a través de las redes sociales elegisteis ganador. Unas manos que reflejaban no solo el paso del tiempo, también el trabajo de toda una vida.
Desde Marketing contactamos con el autor de dicha instantánea y, tras hablar sobre la fotografía, nos dimos cuenta de que había mucho detrás de ella y de Eugenio, su protagonista.
«La edad arruga la piel pero renunciar al entusiasmo arruga el alma» – Albert Shweitzer

Eugenio Elorz Amatriain
Cuando nuestro ganador vio el tema del concurso, inmediatamente pensó en Eugenio, su vecino, al que ve todos los días con su «moto» paseando por el pueblo o yendo a trabajar a la huerta. Cuando le transmitió su idea, a Eugenio se le iluminó la cara. Una sonrisa se le dibujó y sus ojos brillaron. Que pensaran en él para reflejar «la agricultura, mi pasión» era un orgullo. De eso trata la agricultura, de orgullo, de perseverancia, de esfuerzo. Porque así son los agricultores. Personas que no descansan y para las que, la agricultura, forma parte su vida y de quienes son.

Eugenio Elorz Amatriain en su huerta
Eugenio Elorz Amatriain es un incansable agricultor de Navarra. Una increíble persona en la que la cita de Shweitzer se materializa. Es lógico que su piel esté arrugada tras pasar toda la vida trabajando en el campo. Su alma, por el contrario, muestra un increíble entusiasmo cuando nos cuenta su historia. Una historia que tiene casi 98 años.
Comenta que desciende de una familia de agricultores y ganaderos y, desde que recuerda, ha dedicado toda su vida al sector primario. De hecho, una de sus anécdotas favoritas se remonta a su infancia. «En aquel momento no había carreteras y teníamos que transportar a los corderos en la parrilla de una bicicleta para llevarlos desde Echagüe hasta El Carrascal por una pista. Una vez allí, los metía en el maletero de «El flecha» (antiguo autobús que conectaba Tafalla con Pamplona) para posteriormente venderlos en estas localidades».

Eugenio trabajando en su huerta
Posteriormente, y hace unos 55 años, se mudó desde Echagüe, su pueblo natal de la actual Valdorba (Navarra), a Imárcoain, localidad en la que reside en la actualidad. No solo ha sido su oficio sino también su pasión, su hobbie, y aquello que más ha disfrutado. A día de hoy, y con las limitaciones que provoca la edad, su familia le ha dotado de una pequeña moto que le permite moverse por Imárcoain. No hay día que no visite los campos de su pueblo y la huerta que tanta vida le ha dado. Sí, has leído bien. A diario sigue visitando su huerta y encargándose de ella, de ahí que digamos que es incansable.
Su hijo mayor, Jesús, nos acompaña mientras Eugenio nos cuenta su historia. Tuvo 4 hijos y solo él, el mayor, es agricultor. Su familia no puede estar más orgullosa de él, de todo lo que les ha enseñado y de la pasión con la que ha vivido su vida y que, a día de hoy, sigue transmitiendo.
Muchísimas gracias por tu historia y testimonio Eugenio.
Pasión por la Agricultura.
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